Para ir al trabajo, para visitar a parientes, para pasear o para llevar mercancías. El hecho es que los brasileños nunca han circulado tanto. Para que eso ocurra con más comodidad, seguridad y en menos tiempo, el gobierno brasileño está realizando el mayor volumen de inversiones en infraestructura de transporte de la historia del país. Después de reformar decenas de aeropuertos, duplicar miles de kilómetros de carreteras y construir nuevos ferrocarriles, el transporte colectivo en las grandes ciudades va a cambiar completamente con las líneas de VLT (vehículo liviano sobre rieles), corredores de autobuses y metro.
En agosto de 2013, la presidenta Dilma anunció el Pacto de la Movilidad, que destinaba entonces R$ 50 mil millones más en inversiones en el sector para las principales ciudades y regiones metropolitanas brasileñas. Gobiernos de Estados y Alcaldías fueron invitados a presentar proyectos en el área, que pasaron por análisis y selección. De todos los presentados y analizados hasta el momento, ya se han anunciado más de R$ 30 mil millones de inversiones para las siguientes ciudades: Recife (R$ 1,9 mil millones), Fortaleza (R$ 2,1 mil millones), Salvador (R$ 2,2 mil millones), Río de Janeiro (R$ 2,6 mil millones), Belo Horizonte (R$ 2,6 mil millones), São Paulo (Región Metropolitana y Campinas: R$ 10,0 mil millones), Curitiba (R$ 5,3 mil millones) y Porto Alegre (R$ 5,0 mil millones).
Son inversiones que permitirán la construcción o expansión de modales como corredores de autobuses, metros, BRTs (autobuses de tránsito rápido) y VLTs (vehículos livianos sobre rieles).