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El Luz para Todos ayudó a iluminar no solo el país, sino también el debate sobre el papel del Estado. Antes del gobierno Lula, cabía al mercado llevarles – o no – comodidad y dignidad a los que vivían en la oscuridad. Y como el mercado siempre cobra caro, el Programa Luz en el Campo, lanzado por el PSDB en 1999, no resultó. Imposibilitadas de hacer frente a los altos costos del programa, las familias pobres del campo siguieron sin luz. A partir del gobierno Lula, el Estado asumió el rol de inductor del desarrollo, generador de oportunidades y promotor de la ciudadanía.
• personas domiciliadas en áreas de concesión y permiso cuya atención resulte en elevado impacto tarifario, de acuerdo a criterios a ser definidos por la Agencia Nacional de Energía Eléctrica - ANEEL
• personas atendidas por el Programa Territorios de la Ciudadanía o por el Plan Brasil Sin Miseria, en su amplia mayoría ubicadas en las regiones Norte y Nordeste
• proyectos de implantación de energía eléctrica en asentamientos rurales, comunidades indígenas, quilombolas y otras comunidades situadas en reservas extractivistas o en áreas de emprendimientos de generación o transmisión de energía eléctrica, cuya responsabilidad no sea del respectivo concesionario; y escuelas, dispensarios y pozos de agua comunitarios.
• ¿Quiere saber más sobre cómo el Luz para Todos cambia la vida de millones de brasileños?
Lea Luz para Todos – Un hito histórico
Un fenómeno inesperado: las ciudades beneficiadas por el Luz para Todos empezaron a recibir de vuelta a ex habitantes que habían migrado a otras regiones del país, en busca de mejores condiciones de vida. Se estima, por medio de encuesta realizada por el Ministerio de Minas y Energía, que un 5% de las familias atendidas por el programa hayan regresado a su tierra natal, lo que equivaldría a un total de 156.716 familias y más de 760 mil personas. O sea, el flujo migratorio tradicional – de la zona rural hacia los grandes centros – se invirtió. La luz que lleva el desarrollo, la ciudadanía, las oportunidades, también trae a los hijos de vuelta a casa.
“Como nosotros entendemos que esas personas carenciadas que están allá tienen el mismo derecho que nosotros que estamos aquí, tenemos la obligación de llevarles [luz], aunque sea gratis, cueste lo que cueste. Es ésta la diferencia de lo que está ocurriendo en Brasil”.
“No se hace un programa así sin que sea gratuito. No se hace. ¿Saben por qué nunca lo hicieron? Porque querían cobrar. Cobrar del que es más pobre. ¿Cómo se puede cobrar del que no tiene nada, ni siquiera luz? Era así en la época del FHC, querían cobrar. El Luz para Todos es un programa muy fuerte, porque sacó a las personas de la oscuridad y les permitió que empezaran a hacer varias cosas por la noche. Estudiar, los niños y niñas pueden estudiar. La mujer puede coser. Cambia la vida.”
Cláudia Penteado - Asentamiento Itamarati, municipio de Ponta Porã - (estado de Mato Grosso do Sul)
"Antes de la llegada de la energía, yo producía de 3 a 4 kg de queso, porque no tenía como conservarlo. Ahora, con electricidad en mi casa, ya llegué a producir 60 kg por semana, y mi sueño es crear mi fábrica, registrada, para tener más equipamientos, para vender en supermercados y poder emplear a más gente."
Oseas Galvão da Cruz - Asentamiento Francisco Galvão, Palmas - (estado de Tocantins)
"Una bendición de Dios en la vida de muchos brasileños como yo. Con la energía mejora todo. Ahora la bomba eléctrica lleva el agua al tanque, no necesitamos más los baldes ni tampoco ir a buscarla al arroyo, el agua ya está allá dentro de casa. Además de eso, ahora tengo televisión y radio, todo movido con la fuerza de la luz".
Raimundo Felipe de Sousa - Pombal - (estado de Paraíba)
"La energía es muy buena y cambió nuestra vida. Ahora tengo refrigerador, televisión y un ventilador y con todo eso pago la cuenta bien poquito. Cuando ella llega, ya tengo el dinerito guardado".
Iraci – artesana, Seabra (estado de Bahía)
"Yo trabajaba en la oscuridad y me pinchaba los dedos. Todos decían que no creían que aquí llegaría la energía. Cuanto más la gente me hablaba, yo decía que llegaría, que tenía esperanza. Y realmente ha llegado".
João Pereira da Costa - agricultor, Guajará-Mirim (estado de Rondônia)
"Hoy en día tenemos una casa de harina industrializada que viene dando mucho empleo a las personas... y estamos vendiendo bastante. Lo que es muy bueno para toda la comunidad. Entonces, la energía llegó en el momento justo".
Valdirene Pereira de Melo - agricultora, estado de Rio Grande Norte
"Aquí sin energía era horrible. Una oscuridad total... El día que ellos prendieron los focos de luz aquí fue una fiesta. Nuestra vida mejoró un 100% en todo... Hoy tenemos cosas que no teníamos antes. Tengo un refrigerador, entonces la comida no se echa a perder. Agua fría. Entonces uno cree que la luz es realmente para todos".