Sí que avanzó. ¡Y mucho! En los gobiernos Lula y Dilma, cerca de 690 mil familias ya han recibido su título de propiedad de la tierra, cifra equivalente al 53,5% del total de beneficiados en toda la historia de la reforma agraria en Brasil. Entre 2003 y 2013, se crearon nada menos que 3.902 asentamientos en todos los estados de la federación, sumando más de 50 millones de hectáreas, (o los territorios de los estados de Ceará y de Mato Grosso do Sul juntos).
Otra cosa importante: Lula y Dilma calificaron fuertemente los asentamientos. Antes, las familias eran abandonadas a su propia suerte, sin las mínimas condiciones para producir. En los gobiernos del PT, han conquistado el derecho a crédito, asistencia técnica, apertura de carreteras, construcción y reforma de sus casas, agua, luz eléctrica, acceso a semillas de alta calidad genética y garantía de venta de la producción (a través del Programa de Adquisición de Alimentos y del Programa Nacional de Alimentación Escolar), entre otros beneficios.