Antes, Brasil se quitaba los zapatos para entrar en los EEUU; con Lula y Dilma, somos independientes y creamos el Banco de los Brics
Si fuera necesario elegir un único hecho para definir la política externa de Brasil antes de la llegada de Lula a la Presidencia de la República, este sería seguramente la vejación impuesta al ministro de Relaciones Exteriores del gobierno Fernando Henrique Cardoso (FHC), obligado a quitarse los zapatos al desembarcar en los Estados Unidos, para probar que no era un terrorista cargando explosivos. Desde entonces, la postura de Brasil ha cambiado tanto que ese hecho se parece más a un chiste. Pero realmente ocurrió: fue en 2002, el último año de la sumisión de nuestra diplomacia.
La dependencia al Fondo Monetario Internacional (FMI) también quedó atrás. Si FHC recurrió al FMI tres veces, Lula pagó la deuda, y, en 2014, fundamos el Banco de los Brics, un banco de desarrollo que es una alternativa al FMI y al Banco Mundial.