Los gobiernos Lula y Dilma fortalecieron como nunca el sistema nacional de unidades de conservación, con la creación, ampliación y consolidación de parques nacionales, selvas nacionales y reservas extractivistas.
Con el PT al frente del gobierno federal, el extractivismo - uso sostenible de los recursos naturales por los pueblos de la selva - fue reconocido, defendido y promovido.
En las dos gestiones del presidente Lula, Brasil estableció un récord en el total de hectáreas destinadas a las áreas protegidas. Según datos del Instituto Socioambiental (ISA) y del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), Lula efectuó la protección de 26,7 millones de hectáreas, ampliando el área protegida brasileña en un 52,9%.
En 2014, Dilma destinó más de 3 millones de hectáreas a la preservación ambiental, por medio del Programa Tierra Legal Amazonía, en los estados de Acre, Amazonas, Pará y Rondônia, que vinieron a sumarse al casi 1 millón de hectáreas destinadas en Amazonas, en 2013.
Las tierras fueron transferidas al Ministerio del Medio Ambiente para la creación de nuevas unidades de conservación y explotación forestal sostenible.