El Programa Luz para Todos fue creado en 2003, en el Gobierno Lula, por la entonces ministra de Minas y Energía y actual presidenta Dilma Rousseff. El objetivo del programa es llevarles energía eléctrica a todos los brasileños que viven en la zona rural y aún no tienen acceso a este servicio. La meta inicial del programa, que ya fue plenamente alcanzada, era atender a 10 millones de personas.
¿Por qué todavía encontramos viviendas rurales sin energía, si el programa ya alcanzó su meta inicial?
En verdad, el programa ya superó en mucho su meta inicial, que era atender a 10 millones de personas. Por cierto, superó en mucho esa meta – ya son 15,2 millones de personas beneficiadas. Sin embargo, a lo largo de esos diez años, el gobierno fue encontrando nuevas comunidades que aún no tenían acceso a la luz eléctrica – comunidades más distantes y aisladas. Eso hizo que se ampliara la meta inicial.
¿Es verdad que las familias beneficiadas por el programa no pagan nada por la luz eléctrica?
No. En realidad, solo la instalación de la red eléctrica es gratuita. Después que la energía empieza a llegar a la casa de las familias, ellas pasan a pagar la tarifa de consumo. Las familias de más bajos ingresos son beneficiadas por la Tarifa Social.
Si la familia beneficiada por el Luz Para Todos está inscripta en el Catastro Único para Programas Sociales, y posee ingreso per capita de hasta medio salario mínimo, puede obtener un descuento en la tarifa de luz, que varía del 10% al 65% según el consumo de energía del mes. Para familias quilombolas e indígenas que consuman hasta 50 kWh/mes, el descuento es del 100%.
¿Por qué el gobierno federal decidió invertir tanto dinero en un programa que beneficia a comunidades tan pequeñas?
El gobierno entiende que la falta de energía eléctrica es un obstáculo para el desarrollo social y económico. Como el costo de llevar la instalación eléctrica a algunos lugares más distantes es muy elevado, si el gobierno no asumiera la responsabilidad de hacer esa instalación, seguramente, esos millones de personas habrían permanecido sin luz hasta hoy. Para llevarles energía eléctrica a más de 15 millones de brasileños que vivían en la oscuridad, el gobierno federal ya invirtió en diez años más de R$ 16 mil millones.
¿Qué beneficios el programa trae al País?
Primeramente, ver a millones de brasileños mejorando sus condiciones de vida. Además de eso, con la luz eléctrica, las familias que viven en el campo producen más y mejor, dinamizando la economía local. También aumenta el consumo de electrodomésticos y equipamientos rurales, impulsando la industria, generando empleos. La llegada de la energía eléctrica también viene mejorando significativamente la atención en los dispensarios médicos de comunidades distantes, que ahora tienen condiciones de mantener, por ejemplo, stocks de vacunas. Ha posibilitado asimismo la apertura de cursos nocturnos en las escuelas públicas locales. Con todo eso, los beneficios del Luz Para Todos son compartidos con todo el país.
No. Antes del Luz para Todos, existía el Programa Luz en el Campo, lanzado en el año 2000. El Luz en el Campo, sin embargo, cobraba de las familias beneficiadas la tasa de instalación. Con eso, poquísimas familias podían ser atendidas, pues la mayoría no tenía condiciones de pagar. Con el Luz para Todos el gobierno asume todos los gastos con la instalación eléctrica – la familia solo paga lo que consume.
Como todas las familias beneficiadas por el Programa Luz para Todos, los indígenas y quilombolas no pagan por el costo de la instalación de la energía. Más allá de eso, si el consumo de la familia es de hasta 50 kWh/mes, el gobierno concede un descuento total de la tarifa. Eso ocurre porque el gobierno entiende que el País tiene una deuda histórica con los indígenas y quilombolas, que la mayoría de las veces no tienen ingresos fijos para cubrir con el costo de la energía eléctrica.