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El crecimiento en el número de servidores públicos representa la dedicación de más profesionales para atender a las demandas de la población por servicios públicos de calidad. Solo en la educación, el número de servidores activos aumentó de 165.163 en 2002 a 247.961 en diciembre de 2013, un aumento de un 50,1%, más precisamente de 82.798 servidores.
Lo que la oposición llama hinchazón de la máquina del Estado, los gobiernos Lula y Dilma le dicen mejorar la atención a la población y, en el caso específico de la educación, abrirles la puerta de las oportunidades de inclusión social y económica a todos los brasileños: ricos, pobres, blancos, negros, indios, habitantes de la capital o del interior.
Una revolución que solo es posible con más escuelas de educación primaria, más docentes, mejores salarios, más escuelas técnicas, laboratorios mejor equipados y más universidades. En 2001 eran 45,9 mil los docentes en universidades y escuelas técnicas federales. En 2011, ese número se duplicó a 90 mil. Fruto no de la hinchazón de la máquina, sino de la planificación y de la decisión política de crear 422 escuelas técnicas más entre 2003 y 2014, un salto de 140 escuelas a 562, y 18 universidades federales más, con 173 campus en todo Brasil.
En la Salud, el programa Más Médicos posibilitó la contratación de 14 mil nuevos profesionales, hasta junio de 2014. La iniciativa tuvo gran impacto en las regiones más pobres del país y en las periferias de las grandes ciudades. El Más Médicos es una de las medidas adoptadas para ampliar y mejorar la atención del SUS (Sistema Único de Salud) en las regiones donde hay carencia de profesionales.
Y el número de plazas en el sistema público de salud va a aumentar todavía más. Hasta 2015 serán más de 35 mil nuevos puestos públicos de trabajo para médicos en función de la construcción de nuevos dispensarios y de UPAs 24h por el país. Para democratizar el acceso a la universidad, el gobierno creó programas como el ProUni, el Reuni, el Fies y el sistema de cupos, abriendo las puertas de las universidades a todos los brasileños. En el área de la salud esto significó el aumento de 10 mil a 17 mil en el número de plazas de medicina entre 2002 y 2012. Crecimiento del 60%.
Las contrataciones de servidores por concurso para el área de seguridad también fueron retomadas en los gobiernos Lula y Dilma. Entre 2003 y 2009 hubo un aumento de 1.889 Agentes de la Policía Caminera Federal y 3.631 efectivos en la plantilla de la Policía Federal.
La ampliación de los servicios prestados por el Poder Público al ciudadano va a seguir. El gobierno Dilma ya anunció para 2014 la apertura de concursos públicos para la contratación de 66.678 nuevos servidores para el gobierno federal. Serán más profesionales calificados para atender a la población, mejorando cada vez más la calidad del servicio prestado.
Gracias a la política del gobierno federal de contratación de servidores públicos, muchos profesionales calificados pudieron obtener un empleo y, principalmente, atender a la población que más necesita servicios. Fue el caso de Otan de Lima Pereira, 31 años, que nació en el área indígena Raposa Serra do Sol, en el extremo norte del estado de Roraima.
“La salud de mi comunidad era muy precaria. Casi no había visita médica, solo de enfermeros”, cuenta Otan, que decidió ser médico. “Yo quería estudiar medicina aquí mismo en Roraima, pero desafortunadamente no fue posible. En el período en que lo intenté, en 2002 y 2003, eran solo 20 plazas para 30 mil candidatos aquí en la Universidad Federal de Roraima (UFRR)”, recuerda.
Surgió la oportunidad de estudiar medicina en Venezuela. Ahora, gracias al programa Más Médicos, él es el responsable de las atenciones de las bases de Pedra Branca y Maturuca.
Hay mucha desinformación y mala fe cuando se discute la necesidad de fortalecimiento de las instituciones
públicas, especialmente de aquellas que atienden directamente al ciudadano. Los adeptos del Estado Mínimo son los primeros en atacar la supuesta hinchazón de la máquina. Para ellos, Brasil debería seguir el ejemplo de los países del llamado Primer Mundo: reducir el personal y los costos de mantenimiento del gobierno, dando a la iniciativa privada la prerrogativa de prestar servicios esenciales a la población.
Lo que ellos no dicen es que en muchos de los países más desarrollados del mundo la proporción de servidores públicos con relación a la población es mucho más grande que la que existe en Brasil. Estudio del Ipea (Instituto de Investigación Económica Aplicada) muestra que esta relación en Brasil es de 5,52 servidores por mil habitantes. Alemania tiene 6,10 servidores por mil habitantes, México tiene 8,46, EEUU, 9,82 y Corea del Sur, 11,75 por mil.
Un ejemplo del modo de actuar del pregonado “Estado Mínimo” de los neoliberales fue la creación del programa Luz en el Campo, en 1999. Por el programa, las familias que no disponían de energía eléctrica podían hacer el pedido de instalación a las empresas proveedoras, pero tenían que pagar por tal servicio. Imposibilitadas de hacerse cargo de los altos costos que eso significaba, las familias pobres del campo siguieron sin luz. Todo cambió con el programa Luz para Todos, instituido en 2003, en el gobierno Lula. Ahora, los costos de instalación quedan bajo la responsabilidad del Estado. Resultado: en 11 años de funcionamiento 15,2 millones de brasileños conquistaron el acceso a la energía eléctrica, dieron un salto de la oscuridad del siglo XIX a la ciudadanía del siglo XXI.
El aumento del número de servidores se viene haciendo de forma constante y responsable durante los gobiernos petistas, sin afectar el equilibrio fiscal del país. De acuerdo con el estudio realizado por el Ipea, los gastos con personal activo e inactivo de las tres esferas del gobierno se vienen manteniendo en niveles estables con relación al PIB.
También la masa salarial del servicio público mantuvo la misma proporción con relación a la masa salarial privada, lo que muestra que el crecimiento económico generado por las inversiones públicas ha permitido el crecimiento de la economía en general - así como de las contrataciones en el sector público - en el mismo nivel.